Una ciudad familiar
José Miró.- Rota, Villa de Rota, pueblo entrañable donde los haya. Recuerdos de los veraneos familiares de mi niñez, vivencias de tantos años disfrutando de todo lo que te ofrece este querido pueblo. Cada año y tras el parón invernal, volvemos a Rota y rememoro esos recuerdos que alimentan mi gozo, me aportan reposo y serenidad y colman mi deseo constante de volver con mi familia a imbuirme de todo cuanto ofrece: Su mar, sus olores, sus playas, su pueblo, su gente…
"...una mezcla de tradición y modernidad
que acoge a familias de toda Andalucía
y también de muchos lugares de España."
La mar de Rota: Tantos años redescubriéndola desde la playa, embarcado pescando o escudriñando sus rincones buceando. Prácticamente no hay lugar de la costa de Rota que no haya disfrutado, desde la playa del Rompidillo hasta más allá de Punta Candor. Aguas atlánticas, nobles, llenas de vida, de colores que delatan los vientos que la tiñen. Levante cálido y gozoso que aclara sus aguas trayendo las turquesas del estrecho. Poniente, fresco y deseado en verano, pero que aproxima el Guadalquivir y enturbia los fondos. Foreño, fresco y húmedo. Cangrejos, ortiguillas, erizos, lapas, burgaillos…. Y claro está, las Urtas. Me sobresalto recordando mis encuentros submarinos con este bello y noble animal. ¡Cuánto disfrute!
Sus Olores: Inspiración profunda para sentir mi niñez entrando en los pulmones. Aromas de marea baja. Atlántico puro mostrando sus riquezas, rocas de piedra chica, corrales de Rota…
El olor de los pinos ¡Qué recuerdos! Pinares centenarios a los que acudíamos cada año en excursión y ahora tan a la mano con el paseo de maderas instalado a lo largo de ellos. Fragancias que alimentan mi deseo de volver cada año a reencontrarme con ellos.
Sus Playas: Arenas finas y limpias que uno desea sentir nuevamente entre los dedos en los primeros contactos. Ejemplo de cuidado y mantenimiento en todo el litoral. Disfrute de los atardeceres en conversación con familiares y amigos. Recuerdos de aquellos veraneos interminables de julio a septiembre, de patatas fritas, del “Cositasbuenas”, de arena caliente que te recuperaba del frio de los largos baños. Familias enteras alrededor de las casetas. Grandes estirpes la vieron y siguen/seguimos allí: Los Cuadra, Reyes, Benítez, Piñal, Gomez-Ferrer, Pavón, Bonet, Blanco, Miró… ¡Tantos recuerdos!
Su pueblo: Linda villa convertida en destino turístico de primera. Verano animoso y concurrido, casi sin dejar ver la belleza de sus calles y rincones. Pero están las otras estaciones para disfrutar de su historia, de sus atributos. Pocos pueblos costeros conservan su belleza, si acaso tuvieron tanta, ahora ensalzada por las rehabilitaciones de su centro histórico.
Su gente: Muelle de Rota con sus pescadores. Fuente infinita de inspiración fotográfica. Tenderos de frutas, verduras y pescados de la bahía. Ansiedad de reencontrarme con ellos. Mayetos de Rota, con la espalda arqueada, hecha a los duros años de trabajo. Buena gente la de allí.
Recuerdos de Rota que parecieran de otra época, pero que continúan al alcance de nuestra mano cada año, pues todos permanecen ahí. Todos conforman la Rota actual, una mezcla de tradición y modernidad que acoge a familias de toda Andalucía y también de muchos lugares de España.
Cincuenta y seis años disfrutándolos intensamente. Soy afortunado, aunque más lo son mis padres, que siguen yendo anualmente con 85 y 92 años, tal como hicieron mis abuelos.
"Espero seguir veraneando en familia muchos más años
para disfrutar de estas perlas para, al final del camino,
reencontrarme con ellas para siempre."
José Miró